Olor a muerte inunda las ciudades de Birmania tras el sismo que mató a cientos de personas

08Olor a muerte inunda las ciudades de Birmania

Por Iván Acosta
Hola, qué tal

El olor a cuerpos en descomposición impregnaba el domingo las calles de Mandalay, la segunda ciudad más grande de Myanmar (Birmania), mientras la gente trabajaba frenéticamente para retirar escombros a mano con la esperanza de encontrar a alguien aún con vida, dos días después del enorme terremoto que dejó más de 1,600 muertos e innumerables personas sepultadas.

El terremoto, de magnitud 7.7, golpeó el viernes al mediodía con un epicentro cerca de Mandalay. Derribó decenas de edificios y dañó otras infraestructuras, como el aeropuerto de la ciudad.

Los esfuerzos de rescate se han visto obstaculizados por carreteras dañadas, puentes colapsados, comunicaciones irregulares y los desafíos de operar en un país en medio de una guerra civil.

En una imagen tomada de un video publicado por el Servicio de Prensa del Ministerio de Emergencias de Rusia el domingo 30 de marzo de 2025, se observa a rescatistas rusos y chinos salvando a una mujer de entre los escombros tras permanecer más de dos días bajo pilas de hormigón en Mandalay.

La búsqueda de sobrevivientes ha recaído principalmente en la población local, sin la ayuda de equipos pesados, moviendo escombros a mano y con palas bajo una temperatura de 41 °C (106 °F), con solo alguna excavadora a la vista.

La gente gritó en las calles el domingo cuando se produjo otra réplica, esta vez de magnitud 5.1, pero luego el trabajo continuó.

Muchos de los 1.5 millones de habitantes de Mandalay pasaron la noche durmiendo en las calles, ya fuera porque se quedaron sin hogar tras el terremoto —que también remeció a la vecina Tailandia, donde murieron al menos 18 personas— o por miedo a que las réplicas derribaran las estructuras aún en pie.

Hasta ahora, se han reportado 1,644 muertos en Myanmar y 3,408 heridos, pero las autoridades aún no han llegado a muchas zonas. Buena parte de las tareas de rescate ha recaído en civiles, según informó Cara Bragg, gerente en Rangún de Catholic Relief Services en Myanmar.

«Principalmente han sido voluntarios locales, personas que solo tratan de encontrar a sus seres queridos», dijo Bragg, tras ser informada por su colega en Mandalay.

«He visto reportes de que algunos países están enviando equipos de búsqueda y rescate a Mandalay para apoyar los esfuerzos, pero los hospitales están teniendo problemas para hacer frente a la afluencia de personas heridas. Hay escasez de suministros médicos, y la gente tiene dificultades para encontrar comida y agua limpia», agregó.

La organización enviaría un equipo por carretera el domingo para evaluar las necesidades más urgentes de las personas y así poder dirigir su propia operación de ayuda.

Con el aeropuerto de Mandalay dañado y la torre de control derrumbada en el aeropuerto de la capital, Naipyidó, todos los vuelos comerciales hacia las ciudades se han interrumpido.

Los esfuerzos oficiales de ayuda en Naipyidó han priorizado las oficinas gubernamentales y las viviendas de su personal, lo que ha dejado a los vecinos y grupos de ayuda la tarea de excavar entre los escombros a mano en las áreas residenciales, bajo el sol ardiente y con el olor a muerte en el aire.

Un equipo enviado desde la vecina China rescató a un hombre mayor que llevaba casi 40 horas atrapado bajo los escombros de un hospital en Naipyidó, y se cree que muchas otras personas siguen sepultadas, según informó la agencia oficial de noticias Xinhua.

Myanmar se encuentra sobre la falla de Sagaing, una importante falla de orientación norte-sur que separa la placa de India y la placa de Sunda.

HASTA LA PRÓXIMA, AMIGOS