Luis Enrique lanza dardo mundial: “Los europeos somos los favoritos, les guste o no”
Luis Enrique, técnico del Paris Saint-Germain, ha encendido el debate mundialista con una afirmación que no pasó desapercibida: “Los favoritos del Mundial de Clubes son los europeos. El resto se enfadará, pero es mi opinión”. Así, sin rodeos, el asturiano dejó claro a quién ve con ventaja para llevarse el título en la edición 2025 del torneo internacional.
El entrenador español, conocido por su franqueza, respaldó sus palabras explicando que los clubes del viejo continente cuentan con una concentración sin precedentes de talento internacional. “Tenemos lo mejor de Europa, pero también lo mejor de África, América y Asia. Esa es la diferencia”, puntualizó.
Luis Enrique también se refirió al constante éxodo de figuras sudamericanas hacia Europa como un factor determinante. “Si esos cracks se quedaran en Brasil, Argentina o Uruguay, probablemente los clubes americanos serían mucho más competitivos”, añadió.
El PSG, bajo su mando, enfrentará un grupo nada fácil: Atlético de Madrid, Seattle Sounders y Botafogo. Aun así, el técnico se muestra confiado. “Va a ser un torneo duro, pero estamos preparados para competir y ganar”, aseguró, dejando entrever que la ambición de su equipo no tiene techo.
Además de la polémica, Luis Enrique destacó la importancia creciente del Mundial de Clubes. “Este torneo tiene potencial para ser una referencia global. Europa domina por la calidad de sus ligas y jugadores, y eso inevitablemente se va a notar”, comentó.
Las declaraciones han desatado reacciones diversas: mientras unos lo acusan de eurocentrismo, otros aplauden su sinceridad y su visión realista del panorama futbolístico actual.
Lo cierto es que el torneo aún no comienza y ya está dando de qué hablar. Las palabras de Luis Enrique no solo marcan una postura clara, sino que agregan presión, expectativa y picante al Mundial de Clubes 2025.
Con sus declaraciones, el técnico del PSG no solo ha mostrado seguridad, también ha lanzado un reto al resto del mundo. ¿Podrán los equipos no europeos revertir la narrativa?
